Las pymes europeas aprenden a ser circulares y sostenibles

Los países de la UE invierten en la economía circular para mejorar la gestión de recursos y reducir residuos, abandonando el modelo de producción lineal. A pesar de las iniciativas desde 2015, las pymes enfrentan barreras como regulaciones complejas, falta de coordinación y dificultad para acceder a ayudas públicas

Las pymes europeas aprenden a ser circulares y sostenibles
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Tiempo de lectura estimado: 10 minutos


Agustí Segarra Blasco, Universitat Rovira i Virgili

Los países miembros de la Unión Europea destinan grandes recursos para que sus empresas sean más eficientes en la gestión de los recursos naturales y la generación de residuos. Desde 2015, la economía circular es una de sus principales palancas para dejar atrás el modelo de producción lineal, agresivo con el medioambiente. El objetivo es transitar hacia la circularidad económica, que minimiza el consumo de energía y recursos naturales y la generación de residuos.

El modelo de economía circular
El modelo de economía circular. Parlamento europeo, CC BY

No obstante, tras analizar las respuestas de 26 361 pymes europeas a tres encuestas del Eurobarómetro de Eurostat realizadas en 2015, 2018 y 2021 respectivamente, podemos señalar que para las pymes europeas la sostenibilidad medioambiental es una cuestión de estrategia empresarial que aprenden unas de otras.

La complejidad reguladora de la UE, la falta de coordinación entre instituciones y la dificultad de acceder a las ayudas públicas dificultan la consecución del objetivo de la circularidad económica en Europa.

Tras la sostenibilidad global

La transición hacia una economía más sostenible es un propósito global que afecta a todos los países comprometidos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, particularmente con el objetivo 12, que aspira a alcanzar una producción y con nuestro entorno.

Superar el patrón tradicional de producción y consumo es un desafío difícil, que requiere de la participación de todos y mucha perseverancia.

En sus primeras formulaciones, la economía circular contaba con tres grandes frentes, agrupados bajo el acrónimo 3R: reducir, reutilizar, reciclar. Poco después eran ya 6R: reducir, reutilizar, reparar, reciclar, rediseñar y reacondicionar. Más tarde, pasaron a ser 9:

Las 9R de la sostenibilidad. Fuente: elaboración propia

La transición verde en Europa

Por su parte, la Comisión Europea ha reflejado en varios programas las iniciativas que permitirán a sus ciudadanos, instituciones y empresas disfrutar de un entorno más saludable y responsable. En 2015, se acordó un plan de acción para facilitar a las pequeñas y medianas empresas la adopción de medidas para reducir el consumo de recursos naturales y fomentar el reciclaje.

Más tarde, en marzo de 2020, la Comisión Europea adoptó un nuevo plan de acción de economía circular para transitar hacia una economía más respetuosa con el medioambiente, más eficiente en el uso de recursos y más sostenible.

La cuestión es cambiar los motores del crecimiento hacia un modelo económico y social más respetuoso con el entorno y las personas, e ir cerrando el círculo de la economía circular, basada en la sostenibilidad y el reciclaje.

Estudio y análisis

Para abordar la transición circular europea de la UE se necesitan indicadores que reflejen el punto en el que se encuentran sus países miembros y el ritmo con el que se ejecutan los cambios. Para obtener dichos indicadores, la Comisión Europea realiza encuestas a las empresas y los ciudadanos sobre las iniciativas vinculadas a la circularidad económica.

A partir de las respuestas de 26 361 pymes a tres encuestas de Eurostat presentadas en 2015, 2018 y 2021, hemos podido observar cómo las empresas europeas convergen hacia una economía sostenible y cuál ha sido el impacto de las políticas públicas europeas en este proceso durante el período 2015–2021.

Sostenibilidad y estrategia empresarial

El tránsito de las empresas europeas hacia un modelo circular no emerge como un reto aislado: es un componente relevante de su estrategia empresarial, que tiende a mejorar los niveles de eficiencia y productividad, las capacidades digitales y la capacidad innovadora de la empresa.

Vemos también cómo las empresas europeas adoptan prácticas circulares a través de un proceso de aprendizaje, en función del compromiso medioambiental de las empresas de su entorno más inmediato.

No obstante, las pymes encuestadas señalan como algunas de las trabas más importantes para ser más sostenibles:

  1. La complejidad del marco regulatorio de la UE.

  2. La escasa coordinación institucional a todos los niveles (gobiernos, organizaciones empresariales, universidades e instituciones locales).

  3. La dificultad para acceder a las ayudas públicas.

Así pues, desde la perspectiva de gobiernos e instituciones, es necesario crear una atmósfera favorable al cambio y la sostenibilidad, que consolide el liderazgo de las empresas más conscientes del reto y, al mismo tiempo, facilite que las empresas rezagadas transiten hacia la circularidad mediante la imitación y el aprendizaje.The Conversation

Agustí Segarra Blasco, Catedrático de Economía, Universitat Rovira i Virgili

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

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